miércoles, 9 de mayo de 2012

Calendario poético


Diciembre 2011

Sobre la tierra batida
de cartuja sevillana,
festival de Copa Davis
por quinta vez conquistada.
En la cumbre de Bruselas,
lejos de solucionada,
quedó estancada la crisis
con la espantada anglicana.
Las gradas del Bernabéu
se tiñeron de azulgrana,
y hasta en Japón celebraron
las florituras del Barça.
Don Mariano fue investido
por Las Cortes soberanas,
formando el nuevo gobierno
con Soraya adelantada.
De Washington fue llamado,
para declarar en Palma,
el duque del mismo nombre
que a Mallorca se acompaña.
Con vientos de austeridad,
poco frío y menos agua,
diciembre despidió un año
de crisis entrelazadas.

Enero 2012

Rebajas anticipadas
y alguna alarma costera
como preludio anunciado
de medidas más austeras.
Pasaron los Reyes Magos,
finiquitaron las fiestas,
el paro siguió creciendo
y nuestras arcas desiertas.
Fue noticia la borrasca,
que en fría noche serena,
almidonó de blancura
los faldones de la sierra.
Sucumbió el Costa Concordia
en desgraciada tragedia,
como sirena varada
frente a la Toscana bella.
Garzón, Spanair o Camps,
hitos de ajena vergüenza,
fueron portada en los medios
por diferentes contiendas.
Alguna helada tuvimos,
muy pocas para estas fechas,
y con déficit de lluvia
coronamos dura cuesta.

Febrero 2012

Fríos vientos siberianos
azotaron nuestors lares,
con nieve a nivel del mar
y hielo en los arrabales.
Rubalcaba fue elegido,
en la Sevilla de azahares,
secretario socialista
con viento de carnavales.
Vio la luz el gran decreto
de reformas laborales,
con despidos objetivos 
y rebajas sindicales.
Heladas de luna llena,
indignados en la calle,
y la gala de los Goya
con su rima discordante.
Los sucesos de Valencia
y las cargas policiales
fueron algunos ejemplos 
del fondo de nuestros males:
Recortes a discreción,
los corruptos a millares,
y esta pertinaz sequía 
de conciertos siderales.

Marzo 2012

Con el paro por las nubes
y un déficit desbocado,
borrascosas perspectivas 
para los idus de marzo.
El fuego cubrió de nubes
paisajes ribagorzanos,
con desalojo incluido
hasta valles leridanos.
Cataluña traspasaba
el Rubicón del copago,
y con más prisa que pausa
marcaremos mismo paso. 
Doscientos años de historia,
bajo el cielo gaditano
se gritó ¡Viva La Pepa!,
en solemne aniversario.
Los comicios andaluces,
igual que los asturianos,
desvelaron la sorpresa
de acabar como empezaron.
Y la huelga general,
con sus sombras y sus claros,
despertó los corazones
de espíritu aletargado.

Tomás J. Sánchez Molina
Licenciado en Filosofía y Letras
De la Tertulia Literaria del CDL

 
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