23, Jueves
El edículo de la Ascensión de planta octogonal o iglesia imbomon nos sitúa donde Jesús tenía la planta de sus pies cuando desapareció a los ojos de los suyos: importa el espacio escalado que imaginamos pero lo que queda es el trozo de piedra marmórea. ¡Y dejas Pastor Santo/ tu grey en este valle hondo, oscuro/ con soledad y llanto/ Y Tú, rompiendo el puro/ aire, te vas al inmortal seguro! Así escribió Fray Luís de León en la oda A La Ascensión. Esta zona la controlan los musulmanes desde la época de Saladino. La Ascensión es el triunfo sobre la muerte tras la Resurrección, el regreso al Padre. Quizá aún podemos oír o tal vez imaginar la pregunta ¿qué hacéis ahí plantados mirando al cielo? (Hechos 1, 11)
Y casi al lado está el santuario del Pater Noster, para los hijos el lugar es entrañable, nos hace hermanos desde la oración, desde la bondad, desde la confianza, desde el amor. Egeria ya escribió de la basílica del Monte de los Olivos con el nombre de Eleona, en la actualidad están al frente de ella los franceses y viven en el convento Religiosas Carmelitas desde 1875. La iglesia y las zonas laterales están ambientadas con la oración del Padre Nuestro en más de cien idiomas reproducidos en azulejos. Todos buscamos afanosamente dónde está el nuestro. Es emocionante e incomprensible poder dirigirse a Dios llamándole Padre. Aún hoy siguen usando el nombre de Eleona.
Descendiendo llegamos al santuario Dóminus flevit, obra de Barluzzi 1955, en cuyo entorno Jesús lloró por la ingratitud de Jerusalén; ¡Jerusalén, Jerusalén que matas a los profetas…! (Mateo 23, 37) está en la ladera del monte de los Olivos.
Mientras bajamos vemos las cúpulas doradas del monasterio ortodoxo ruso de María Magdalena.
Llegar al Huerto de los Olivos separado de Jerusalén por el cementerio musulmán, el Cedrón, y el valle de Josafat hace que la respiración se contenga por ser testigo del dolor de Cristo. Los olivos, árboles milenarios, nos transmiten paz y desde allí entramos en la Basílica de Getsemaní, de Todas las Naciones o de los Olivos. Allí está la roca de la Agonía, la víspera de la Pasión. Al lado la cueva del Prendimiento y la tumba de María, bloque de piedra, testigo mudo de El Tránsito; santuario desde el siglo II. Sufrió varios destrozos pero no la cripta ya que Saladino y sus ejércitos musulmanes veneraban a María, Señora Madre del Profeta Jesús. La iglesia ortodoxa de la Teótocos, a pie de calle, estaba cerrada pero fotografié el exterior.
La tarde de Belén, Casa del pan, y el Campo de los Pastores fueron luminosos como la estrella de la gruta que señaló el lugar del Nacimiento. El trasfondo del desierto es todo un símbolo para el nacimiento en soledad, los montes de Moab lo arroparon y desde entonces Él se quedó con nosotros. Belén está a ocho kilómetros de Jerusalén en las montañas de Judea, es zona de cereales, olivos y viñedos. Fue la patria de David y mil años después la aldea del Mesías. Puente entre el Antiguo y el Nuevo Testamento.
Jesús nace en Belén en tiempos del Rey Herodes (Mateo 2, 1) en la gruta leemos en latín: Aquí nació Jesús de la Virgen María. Así empieza nuestra Redención. La Basílica de la Natividad ha sufrido varias transformaciones, incluso la profanación del emperador Adriano. En el subsuelo estuvimos en la cueva de San Jerónimo donde se dice que tradujo la Biblia, la Vulgata, también visitamos la iglesia de Santa Catalina.
Al pasar vimos el indicador: Tumba de Raquel.
Nosotros, como los pastores le adoramos en la eucaristía y le besamos Niño en el campo, donde ellos recibieron el anuncio del ángel, a tres kilómetros de Belén en Beit Sahur. Tuvimos ocasión de rezar en la Gruta de la Leche donde según la tradición se refugió María.
Como escribió San Jerónimo Jesús compartió nuestra condición humana para hacernos participar de su condición divina.
El muro de ocho metros que rodea la zona de Belén es difícil de entender. ¿Cómo no es posible conciliar la convivencia entre palestinos y judíos? De nuevo tuvimos el pasaporte en la mano en el Check point.
Ya en Jerusalén, antes de cenar fuimos a la residencia de los Padres Franciscanos para saludar al padre Artemio, vicario custodio de los santos Lugares. Fue la noche de oración en la iglesia de Getsemaní. Que pase de mí este cáliz…día quinto y los peregrinos vemos que el viaje es bueno.
Lo esencial es invisible a los ojos. Sólo se ve con el corazón. Saint Exupéry
24, Viernes.
Empezamos el día con el recorrido por el Santo Sepulcro y la eucaristía en la capilla de la Aparición de los Padres Franciscanos.
Jerusalén es la ciudad Santa para los cristianos, la capital interna para los judíos y Tel Aviv la capital de Israel a nivel internacional.
El meollo de nuestro viaje está en el Santo Sepulcro, el centro de nuestra vida es Jesús. La basílica es un laberinto pero el Santo Sepulcro es plenitud.
La portada geminada tapiada por Saladino fue transformada por los francos. La escalera de la derecha nos lleva al Gólgota dividido en la Crucifixión y el Calvario, por ellos volvimos a pasar al hacer el Vía Crucis (X, XI y XII estaciones) En el vestíbulo está la losa de la Unción (XIII) descendimiento. Y en el centro de la rotonda (XIV) la sepultura que es el anticipo de la Resurrección con la capilla del ángel que hizo el anuncio, El ha resucitado (Marcos 16,5) y el acceso a la tumba.
La ciudad antigua está formada por barrios: el judío, el musulmán, el cristiano y el armenio. Y en la zona moderna sitúo el Museo que es el pasado, el Parlamento, Knesset, que significa el presente y en el monte Scopus está la Universidad que anticipa el futuro.
Desde Casa Nova fuimos andando a Bethesda y llegamos al arco del Ecce Homo pero tuvimos un incidente. Había un grupo de policías y coincidió cuando pasábamos nosotros que unos niños desde un callejón tiraron pedruscos, nos pilló en medio, conflicto judío-palestino.
Ya en la piscina Probática el tullido que no llegaba nunca cuando se movían las aguas fue el beneficiado con el milagro de Cristo, Levántate, toma tu camilla y echa a andar. Supo esperar y consiguió vencer la parálisis. Hoy es una zona arqueológica. Al lado está la basílica de Santa Ana atendida por los Padres Blancos. Ha llegado hasta nosotros porque Saladino la convirtió en escuela coránica. La cripta recuerda el hogar de Santa Ana y San Joaquín, los padres de la Virgen.
Custodiado por las religiosas de Sión visitamos la parte arqueológica de la Torre Antonia, la Jerusalén de Adriano, el Lithóstrotos, o enlosado, la capilla de la Flagelación. Todo dolor, sufrimiento, Pilato es el instrumento, el pueblo el acusador, Jesús el varón de dolores.
El Vía Crucis, camino del Calvario por la Vía Dolorosa impresiona por lo que significa y por los lugares abigarrados por donde pasamos atravesando el zoco. Lloré cuando sin ser la hora del rezo del almuédano, él quiso ahogar nuestra oración con toda la potencia de sus micrófonos desde el alminar. Sin respeto no es posible la convivencia.
Ecce Homo, he aquí el Hombre… día sexto y los peregrinos vemos que el viaje es bueno.
En Dios conocimiento y creación coinciden. Los Hombres buscamos, somos peregrinos de la vida Sánchez Adalid
25, Sábado.
Nos pusimos en camino antes de que se ocultara el lucero matutino y cantara el gallo y nos dirigimos a la Basílica del Santo Sepulcro dejando a nuestra derecha la mezquita de Omar. Visitamos zonas que en otros momentos eran intransitables. Y por fin entramos al lugar por excelencia Santo, el Sepulcro. También la Eucaristía de Resurrección fue en la capilla de los Franciscanos. Jesús se hizo presente entre nosotros, Alleluia.
En autobús recorrimos zonas del Jerusalén moderno hasta llegar en el Valle de Sorec a ocho kilómetros, a Ein Karen, Manantial de la viña. Aquí me permito una digresión creativa, una ficción fruto de la imaginación muy merecida. Creo, institucionalizo la Orden de los Caballeros y las Damas de la Silla en honor y agradecimiento a todos los que ayudaron con empeño y sudor a llevar a Alicia-escayolada durante todo el viaje y especialmente en esta cuesta interminable. En su nombre me permito daros las gracias. Y como dijo el Padre Franciscano de la Iglesia de la Visitación nunca antes nadie había llegado en silla de ruedas. Si lo supieran los del libro Guinness…tomarían buena nota.
María visita a su prima embarazada, Santa Isabel, y el niño salta de gozo, es el estreno de un saludo: Bendita Tú entre todas las mujeres, y María proclama el Magnificat. La iglesia tiene dos cuerpos, en el superior están los frescos de Vagarini, en la iglesia inferior vemos una cueva transformada en capilla en la época bizantina, siglo V que sufrió destrozos hasta que en el año1679 lo recuperaron los franciscanos. En la cripta esta el pozo y la piedra conmemorativa y se dice que Isabel ocultó ahí a su hijo, el Precursor, Juan es su nombre, durante la matanza de los Inocentes.
La iglesia es para glorificar a María. En los paneles del recinto ajardinado está el Magnificat en distintas lenguas. Desde esa altura el panorama que se ve es único. Descendimos, atravesamos la carretera y llegamos a la iglesia de San Juan Bautista que completa el conjunto. Una escalera conduce a la gruta vinculada a la vivienda de Isabel y Zacarías y al nacimiento del Precursor. Esta iglesia contó con la protección de España y la donación de obras de arte, cuadros valiosos que pudimos ver. Los azulejos que revisten la iglesia son de Manises. En el patio se reproduce el Benedictus en varios idiomas.
Juan dijo de sí mismo: Yo soy la voz que clama en el desierto, y su padre Zacarías lo presentó como el Profeta del Altísimo y nosotros sabemos que la mano del Señor estaba con él.
De Ein Karen fuimos a Betania, lugar de amistad. Tres hermanos acogen a Jesús, Marta la activa, María la contemplativa y Lázaro el varón al que llamó la muerte. Y nace el milagro por la amistad y el poder de Dios. Tras cuatro días fallecido Lázaro resucita. La iglesia franciscana de 1954 se alza sobre tres anteriores y honra la memoria de los tres hermanos. La tradición en Chipre cuenta que Lázaro resucitado fue el primer obispo de Lárnaca y es el patrón de dicha ciudad.
En el Muro de las Lamentaciones elevé mi oración a Yahve y mis ojos a Adonai, el Señor de las montañas, para pedirle por el entendimiento de judíos y palestinos.
Israel logró su sueño, volver a la Tierra Prometida, la de los frutos sabrosos, tiene como anagrama de turismo el racimo enorme que llevan entre dos. Palestina vive en asentamientos controlados, la mayoría son musulmanes suníes. Sabemos lo que es pasar por el check point. El conflicto entre ellos es complejo y no han encontrado el camino de la reconciliación.
El escritor Grosman es partidario del diálogo y de la paz, su obra El viento amarillo lo demuestra. También quiero señalar a Yosef Agnon (1888-1970) premio Nóbel de literatura. En el campo de la música tiene compositores y orquestas excelentes y en la pintura destaco al judío ruso Marc Chagall.
Israel es una antigua nación y un país nuevo, estado desde 1948. Durante siglos no han tenido tierra propia, vivían errantes, en la diáspora y a pesar de todo han sabido mantener su identidad.
Tengo un cariño especial por los sefardíes, judíos originarios de Sefarat, España, que la añoran y conservan las llaves de sus casas desde la expulsión en 1492.
Yo soy el camino, la verdad y la vida…día séptimo, los peregrinos vieron que su viaje era bueno.
Sólo quedan unas horas en Tierra Santa, el avión sale de madrugada y antes hay que hacer muchos y lentos trámites.
Para los musulmanes: Salam aleicum- Aleicum salam. Para los judíos: Shalom. Para los cristianos: Paz y agradecimiento, y para todos Amor. Pongo el punto final a este escrito-confesión el día de San Francisco de Asís. Lo tecleo en torno a las Témporas de Acción de gracias y será el final definitivo tal vez en el Yon Kipur hebreo.
A todos, organizadores y peregrinos, GRACIAS.
Nieves Fenoy Gil
Peregrina con la Fundación Maior