jueves, 12 de septiembre de 2013

León, compendio de arte y de historia

El grupo de Oviedo, esta vez dirigido por Esperanza González Suárez, vocal de la Junta directiva, salimos hacia nuestra vecina León. Nada más pasar el túnel del Negrón, el cielo azul de Castilla nos saluda. Ya no nos dejará en todo el día.

El programa es: visita a la catedral, San Isidoro, paseo por el casco histórico, comida en un buen restaurante, café en el hostal de San Marcos, charla amena y, finalmente, visita al MUSAC, alargando el programa con la visita al santuario de la Virgen del Camino.
León, ciudad bimilenaria, tiene su origen en una colonia romana donde se emplazó la Legión VII Geminia, encargada de combatir a los díscolos astures y cántabros y defender las minas de oro de las Médulas. 
Aunque fortificada por los visigodos, no resistió a los musulmanes, quienes no pudieron retenerla mucho tiempo. Ordoño I ordenó su poblamiento. En pocos años, León ya era una ciudad de gran peso político y cultural, importante estación del Camino de Santiago.
En el flanco Sur de la plaza de San Marcelo está el antiguo palacio de la Paridad, de estilo renacentista, edificado en el siglo XV. Enfrente, la casa de los Botines, de estilo gaudiano y el palacio de los Guzmanes, renacentista del siglo XVI, que actualmente es la sede de la Diputación Provincial.

La catedral de León

La Pulcra leonina, calificada así por la belleza y armonía de sus líneas, es la construcción más grandiosa de la ciudad. Al actual edificio gótico le precedieron dos templos. El primero se debió a la donación hecha por Ordoño II de su casa-palacio, para levantar la iglesia en la que sería enterrado. Destruida por Almanzor, fue reconstruida más tarde, en estilo románico, para ser derribada y dejar espacio a la catedral que ahora conocemos.
La catedral constituye el perfecto modelo de arte gótico en el apogeo de su desarrollo, junto con las catedrales de Burgos y Toledo. Un mundo de luz se abre en su interior, desafiando a la penumbra, desde los tres grandes rosetones y sus 737 vidrieras. Destacan las góticas, desde el último tercio del siglo XIII hasta finales del XV. Resulta asombroso que la luz que penetra por ellas cambie su tonalidad según el momento del día, lo que aporta una original percepción de los motivos vegetales y animales mitológicos.
Su planta es de cruz latina con tres naves, crucero triple y ábside con amplia girola. La fachada principal está constituida por dos torres asimétricas que enmarcan un triple pórtico con esculturas, entre las que destaca la de Santa María la Blanca. Desde este pórtico se accede al coro, con sillería gótica del siglo XV. Pasado el trascoro, está la capilla Mayor, rodeada por una verja que custodia el arca del siglo XVI que contiene las reliquias de San Froilán. Frente a la capilla de la Virgen Blanca, se encuentra el rico sepulcro, con estatua yacente de Ordoño II. 
En el claustro del XVI son admirables las bóvedas, las arquerías ojivales, los murales pintados y los artísticos sepulcros. Desde aquí, una escalera plateresca conduce al Museo Catedralicio, que conserva una valiosa colección de tallas románicas, pinturas, esculturas, antiguos manuscritos, marfiles y piezas de orfebrería.
Resulta imprescindible subir a la plataforma de las vidrieras, a catorce metros del suelo, bajo el rosetón de poniente. El recorrido se centra en la explicación de los procesos de deterioro y restauración de las vidrieras. El marco resulta espectacular, tanto por la cercanía de los ventanales como por la visión diáfana del interior del templo que ofrece este privilegiado balcón.

San Isidoro

La basílica de San Isidoro, obra maestra del románico. Fue construida en la segunda mitad del siglo XI, sobre el solar de un monasterio adosado a la muralla romana. Su impulsora fue doña Sancha, esposa de Fernando I, después de que éste rescatara los restos de San Isidoro de Sevilla, hecho que tuvo alto significado político y religioso para los reinos cristianos y en particular para León.
La basílica tiene dos portadas: la del Cordero, con profusión de bajorrelieves y crestería barroca presidida por la estatua del santo, y la del Perdón, que sólo se abre en los años de jubileo. En la enorme cripta con bóvedas soportadas por columnas de mármol, se halla el Panteón Real del siglo XI en donde yacen once reyes, doce reinas y numerosos príncipes y nobles leoneses. La sencillez y belleza de los murales –segunda mitad del XII– que cubren las paredes hacen que se considere este mausoleo la Capilla Sixtina del románico.

El Hostal de San Marcos

San Marcos fue erigido en el siglo XII como hospital de peregrinos. Es un monumento de trazas góticas, renacentistas y barrocas. Su monumental fachada de estilo plateresco impresiona por la unidad armónica de sus líneas, con medallones, esculturas y la trabajada crestería que culmina la entrada. Su interior es también grandioso, con cuatro claustros de inmensa belleza. A la derecha de la fachada, entre dos torres inacabadas, se halla la portada de la iglesia, de una nave gótica y claustro renacentista y barroco.

El MUSAC

El edificio que alberga el Museo de Arte Contemporáneo es una gran construcción de nueva planta, obra del estudio madrileño Mansilla y Muñón. Ganó el premio Mies van der Rohe de Arquitectura Contemporánea. Fue inaugurado en 1 de abril de 2005, con el propósito de ser un museo del siglo XXI. Su colección, sus exposiciones y actividades están fundamentalmente dirigidas a abarcar el arte actual en sus diferentes manifestaciones. El concepto de Arte Moderno se aplica con un criterio estético definido por la ruptura con el academicismo y por su adecuación a renovadas y provocadoras teorías del arte: arte deshumanizado, arte puro, muerte al arte, crisis del objeto artístico, arte independiente.
La Virgen del Camino
El Santuario de la Virgen del Camino. Forma parte inseparable de la ruta jacobea desde al siglo XVI, cuando sólo era una pequeña ermita. En el siglo pasado, años 60, se construyó en el mismo lugar la iglesia actual, que Benedicto XVI elevó a la categoría de basílica. El templo es un gran volumen rectangular que sugiere la forma de un sepulcro. En él destaca un estilizado apostolado y la imagen de la Virgen del Camino que Subirach fundió en bronce.
Aquí acabó nuestra visita, aunque sabemos que León ofrece otras muchas posibilidades y lugares singulares que descubrir. Volvimos a casa admirando, con la luz del atardecer, las bellísimas montañas de la Cordillera Cantábrica que nos separan de nuestros hermanos de León.

 
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