viernes, 8 de julio de 2011

Polonia, blanca y roja como su bandera

Blanca por su fe y la constancia del pueblo. Roja por la sangre derramada y el dolor sufrido. Y también verde por la esperanza en su lucha y los bosques frondosos. Y amarilla por el ámbar milenario y su arte incalculable. Y azul por el cielo intenso y el mar Báltico. Y todos los colores por un pasado difícil y un futuro prometedor. Polonia es la que fue borrada del mapa y resurgió de sus cenizas como el Ave Fénix.


El domingo 29 de mayo de 2011 aterrizamos en Varsovia en el aeropuerto Chopin. Es el corazón y la capital desde 1596. El volcán Grimsvötn de Islandia nos lo permitió. El lunes recorrimos la Ciudad Vieja (así la llaman) la plaza del Castillo con el Palacio Real y la columna del Rey Segismundo y por la calle Swietojanska llegamos a la plaza del Mercado con preciosas casas decoradas como la del León y en el centro la Sirenita guerrera con espada y escudo, hermanada con la de Copenhague y que parece que da el nombre a la ciudad Sawa junto a su pescador Wars:
Wars-sawa. Y siempre el río Vístula. Paseamos por la Barbacana, visitamos iglesias, varias barrocas, los Paulinos, el Santísimo Sacramento con la escultura exterior de San Benito, patrón de Europa, Santa Ana, la catedral de San Juan Bautista y la parroquia gótica de Santa María en el Barrio Nuevo. El parque real Lazienki nos ofreció bonitos palacios y la escultura dedicada a Chopin (Jugendstil, obra de Szymanowki, 1926) que sugiere melodías polonesas, en el Jardín de Las Rosas. El corazón de Chopin está enterrado en la Iglesia de la Santa Cruz. A la entrada pude
saludar a la corpulenta estatua del libertador Pilsudski. Y en el paseo por la ciudad encontramos la casa-museo de Marie Curie, María Sklodowska, que gracias a una donación de mujeres polacas en EEUU pudo fundar el Instituto Radiológico en Varsovia, hoy Centro Oncológico que lleva su nombre.

La destrucción de la ciudad en el año 1944, ha exigido de sus habitantes rehacerla meticulosamente. Y lo han conseguido. Los soviéticos se instalaron allí en 1945 y tras mucha lucha, gracias al sindicato Solidaridad con Lech Walesa y a Juan Pablo II lograron en 1991 democracia. A Varsovia la llaman el París de Europa Central.


“Polonia era una bicicleta
al lado del Mercedes de la
Comunidad Europea”
Lech Walesa
Premio Nóbel de la Paz

Desde Varsovia fuimos al norte, a Gdansk donde numerosos silos son ahora graneros convertidos en bonitas casas de vivos colores. Pueden verse por toda la ciudad y especialmente junto al río Motlawa, afluente del Vístula, allí supuse que Walesa se asomaba por una ventana para saludarnos. En el Mercado Largo disfruté de la fuente de Neptuno con las casas renacentistas, la Puerta de Oro y en el otro extremo la Puerta Verde con la Torre Museo y el palacio de la
Hermandad de San Jorge. Visitamos la iglesia de Santa María y de ella arranca la calle del mismo nombre con palacetes-tiendas y el escudo de la ciudad sobre el arco de la puerta que da al Vístula.

También deseaba, hipotéticamente, encontrarme con Hevelius, con Fahrenheit, con Gunter Grass, con Schopenhauer y en Sopot en la plaza de la Conciliación con la cruz gigante imaginé a Juan Pablo II y con fantasía a Putin en el Gran Hotel neobarroco de 1922, en el que se hospedan importantes dignatarios, y allí estuvo con su sequito, frente al mar Báltico en Gdynia.
Gdansk era una ciudad de la Liga Hanseática y también de la Hansa era Gdynia, hoy con Sopot forman la Triple Ciudad. Pertecen a la región de Pomerania.Y a poca distancia el castillo de Malbork.



“Los pensamientos de una persona son lo más importante
de su vida pero sus recuerdos son la vida misma.”

Un capítulo merece el castillo de Malbork, Marienburg, junto al río Nogat sobre cuyo puente la vista que presenta el conjunto es fantástica. Es una gran construcción medieval, gótico civil con treinta torres, siglo XIII que siguió en el XIV. Nos permite conocer la historia de los Caballeros de la Orden Teutónica Hospitalaria de la Virgen María, fue la sede de los Grandes Maestros, digna de reyes en sus múltiples dependencias. Entre los sitiales, cada uno con su nombre, descubrí a DOMM. DE. ANT. CASTRO. El pozo del patio del castillo con galerías góticas tiene en lo alto un pelícano que se desgarra el pecho para alimentar a sus polluelos, es el símbolo de la eucaristía. La escultura de Cristo orando en el Huerto de los Olivos conmueve por la serenidad en
su noche de angustia. Y la figura de San Jorge me llena de emoción. Estos caballeros tenían su moneda propia y hoy en el patio del pozo aún la troquelan y la podemos adquirir como recuerdo. Una de las iglesias sigue destruida y es museo con las piezas que sobrevivieron al destrozo de la guerra. Es un testimonio del desastre. El castillo sí ha sido reparado tras la Segunda Guerra Mundial.

“La vida es como una leyenda,
no importa que sea larga,
si no que esté bien narrada”
Lucio Séneca

La parada en la ciudad medieval de Torun es un descubrimiento de grandeza histórica y artística en la región de Pomerania. Vemos en la calzada muchos escudos de los lugares donde tenían sede, castillo, los caballeros de la Orden Teutónica. Me gustó seguirlos y fotografiarlos. Y llegué hasta Nicolás Copérnico, pude saludarle y casi me cuenta su teoría heliocéntrica universal. Vivió en el siglo XV y parte del XVI, la escultura es obra de Tieck, año 1853. Cerca está la casa de la Estrella, barroca, que parece que ilumina incluso de día. En la Rynek, Plaza del Mercado de la Ciudad Vieja, además del precioso Ayuntamiento de estilo gótico con influjo flamenco está la iglesia barroca del Espíritu Santo de la orden de los jesuitas. Y en el centro de la plaza una fuente con el violinista, Raftsman, que encanta a las ranas. En el paseo que va de la estatua de Copérnico a su calle podemos ver su casa-museo y antes de llegar a la Catedral de los Santos Juan Bautista y Juan Evangelista la tienda donde venden las pastas de jengibre Piernoki, una posibilidad para mimarse. También fuimos a la Plaza del Mercado de la ciudad nueva y visitamos la iglesia de
Santiago, gótica, en obras, con un Apóstol de tamaño natural. Y en la parte oeste de la Ciudad Vieja vimos desde el exterior la iglesia también gótica de ladrillo rojo de Nuestra Señora de la Asunción edificada en el siglo XIV por los franciscanos, es una joya más de Torun. El río Vístula deja a la ciudad en la orilla oriental y curiosamente la mitad de ella pertenece a la región de Pomerania y la otra mitad a Cujaria. Y en su totalidad se la conoce como la Reina del Vístula.

“Cuando una persona tiene
voluntad y entusiasmo,
los dioses son sus aliados”

Y nosotros tenemos voluntad viajera y llegamos entusiasmados a Poznan que nos recibe con abundante lluvia. La ciudad invita con el lema Acércate al gótico. Fue una zona prusiana. Cuenta con ochenta iglesias católicas entre otras la Catedral. Visitamos la de San Estanislao, obispo polaco, barroca, antiguo convento de los jesuitas, obra de Catenacci y Ferrari. Vimos el exterior de la iglesia de los franciscanos, siglo XVII y XVIII y la iglesia de los dominicos de estilo gótico del XIII, reconstruida en el XVIII por Catenacci con el resultado de un barroco que mantiene la portada gótica.

Fue la cuna del estado polaco y su símbolo son dos machos cabríos. Fue zona prusiana. Pertenece a la región de Gran Polonia En la plaza del Mercado admiramos casas porticadas, museos, el Ayuntamiento, perla renacentista, que tiene delante la fuente del rapto de Proserpina y hacia el centro la escultura de San Juan Nepomuceno.

En la plaza de las Cruces conviven el palacio universitario que abarca el Rectorado, el Aula Magna y al lado el Colegio Mauis, la escultura del poeta Adam Mickiewicz que luchó con la palabra contra la ocupación nazi, el palacio real prusiano de Federico II, frondosos jardines que tras la lluvia estallaban de verdor y al fondo el Teatro de la Ópera. En esta plaza estalló la insurrección de 1956, los soviéticos dijeron: La mano que se lanzó contra el gobierno será cortada; y saltó la chispa en todo el país. Es importante el festival de teatro y las múltiples ferias que se celebran a lo largo del año. Frente a nuestro Novotel Centrum había una fábrica de cerveza transformada recientemente en los grandes almacenes La vieja Cervecería. La ciudad está situada en la confluencia de los ríos Cybina y Warta con un lago artificial que favorece los deportes acuáticos. Es un nudo de comunicaciones importante. La guía nos comentó que sus habitantes tienen fama de ahorradores.

“El único lenguaje verdadero
en el mundo es un beso”
Alfred de Musset

Czestochowa es la capital religiosa junto al río Warta. En la colina Jasna Gora está el santuario de la Virgen Negra donde acuden miles de peregrinos del mundo. Fue el Duque Wladyslaw, por deseo de Luis I de Anjou, quien fundó en 1382 el monasterio para albergar a los Monjes Paulinos expulsados de Hungría y a ellos les confió el icono mariano atribuido al evangelista San Lucas o tal vez salió del taller de Simone Martini en el siglo XIV. El claustro paulino ante el asedio sueco se fortificó con murallas de piedra blanca por lo que se conoce la colina como Montaña Luminosa. En 1717 la Virgen Negra fue coronada reina de Polonia por el papa Clemente XI. Es la Virgen Odigitria, la que señala a Jesús, el camino.

“La sonrisa es el lenguaje
de los inteligentes”

En la actualidad hablar de Wadowice equivale a decir Karol Wojtyla, Juan Pablo II y a la frase que el pronunció en 1999 Todo empezó aquí.

En la basílica menor de la Presentación de María está la pila bautismal donde le bautizaron, Karol Josef, hijo de Karol y de Emilia, y la partida de bautismo. Muy cerca está la casa en la que nació, en este momento en obras, y tras la muerte de su madre cuando era un niño, su padre y él iban a comer enfrente donde hoy está turismo y el museo de la ciudad.

Ahí nos endulzamos en la cafetería Galizia con los sabrosos kremowki, pasteles que ya era famosos en tiempos de Karol colegial, por eso llevan el sobrenombre de pasteles del Papa.
Wadowice es lugar de oración, devoción, admiración de Juan Pablo II y dulzuras.

"La felicidad es la ausencia de miedo,
la belleza la ausencia de dolor"
Eduardo Punset
El viaje al poder de la mente

Cracovia es plenitud. Nuestro hotel Galaxy, junto al puente actual sobre el Río Vístula, nos situaba en el barrio moderno. Llegamos ávidos de recorrer la Rynek; nos habían dicho que era una de las plazas más grande de Europa y lo comprobamos, cuatro hectáreas, grande, hermosa y mágica. La fundó el príncipe Krak en el siglo VI. En torno al año mil se instituyó el obispado, en 1038 el príncipe Casimiro I la nombra capital de Polonia hasta que Segismundo III en el siglo XVI la trasladó a Varsovia.

Escudriñamos la plaza del Mercado con la basílica de Santa María y la iglesia de San Adalberto, el Mercado de los Paños, el Ayuntamiento, la casa Zsara que mandó construir el Rey Casimiro el Grande para su amante, la judía Sara, y rogué a Adam Mickiewicz, poeta romántico, llamado cariñosamente Adás, encarnado en su escultura en medio de la plaza que me conceda un toque de inspiración en nombre de los hados ya que nos lo encontramos en todas las ciudades y resulta tan próximo como si fuera de la familia. Esa tarde pude ver y oír el famoso toque Mariacki que suena cada hora desde la torre más alta de la basílica de Santa María que de repente se interrumpe en memoria de la flecha que segó la vida del soldado que advertía del peligro, se mantiene la tradición desde el siglo XIV. Decidimos entrar en la basílica de Santa María, gótica del siglo XIII, mediante el pago de cuatro slotys para disfrutar de la apertura del tríptico con el retablo de madera de roble obra de Wit Stwosz y las esculturas de madera de tilo. Representa el árbol de Jesé, genealogía de María y de Jesucristo y en su conjunto es toda una catequesis.

Parte de la mañana del día siguiente fue con la compañía de la guía y sus explicaciones. Paseamos por el barrio judío Kasimiers, testimonio de la historia, subida al Castillo de Wawel con todos los tesoros que encierra incluida la catedral y los patios interiores, especialmente el Renacentista. Contemplamos la iglesia de San Andrés, estilo románico, y la de San Pedro y San Pablo, la primera construcción barroca de Polonia, el Instituto Cervantes, las basílicas de los Franciscanos y de los Dominicos, la calle Kanonicza para desembocar en la plaza del Mercado con lindos puestos de flores. También repetimos todo esto con un taxi turístico incluyendo la zona de San Florián, la barbacana y callejuelas del Casco antiguo. Y en el distrito antes llamado Universitario vimos los Colegios, el gótico Maius, el Novum, donde fueron detenidos y llevados al campo de exterminio 183 profesores, el de Médicos y la aún actual Colegiata Universitaria de Santa Ana, barroca, del italiano Baltasar Fontana. El museo Czartoryski es depositario del cuadro de Leonardo de Vinci La Dama con armiño y el de Rembrandt Paisaje con el buen samaritano. Nombro la Iglesia del Corpus Christi con el símbolo de los panes y los peces como en Tierra Santa. Llegamos hasta el barrio Pogorze al santuario de la Divina Misericordia.

Hicimos compras y vimos todo lo que el tiempo nos permitió. En la comida brindamos por los polacos y por nosotros los viajeros. Cracovia hace honor a la grandeza y dignidad de Polonia.

La felicidad es un camino, no una meta.
Disfruta del viaje.

La tarde que dedicamos a las minas de sal gema, Wieliczka, a diez kilómetros de la ciudad, también fue lluviosa, pero nosotros bajamos peldaño a peldaño y son 380, los 135 metros de profundidad. Experiencia especial en un microclima. Ya el tique de entrada era vistoso y diferente para cada visitante.

Wieliczka es el testimonio del trabajo bajo tierra durante siglos, desde el año 1044. Yo pedí, en mi forma de orar, que aquel lugar me contagiara algo del salero que hay en esas galerías, algo del esfuerzo de los muchos que allí trabajaron y un poco del sentido artístico que allí se encierra.
Desde 1944, que la mina dejó de ser rentable, se ha convertido en lugar de visita y es monumento de la Historia. Empezamos a caminar en el laberinto subterráneo del pozo Danilowicz del siglo XVIII y durante tres horas subiendo y bajando vivimos en el interior. Durante el recorrido vimos tallados en sal múltiples esculturas, quiero nombrar a Copérnico, al Rey Casimiro, a Goethe, a Santa Kinga o Conegunda (1224-1292) que me emociona por la belleza, por su historia, sobrina de Santa Isabel de Hungría y es la patrona de los mineros; su fiesta se celebra el día 24 de Julio. Hay que destacar el gran salón que sirve para múltiples actividades con los preciosos relieves, siempre tallados en sal, y las lámparas delicadamente artísticas. Y no puedo pasar por alto la capilla donde los mineros empezaban su jornada con la Virgen que abraza al Niño y el Cristo policromado.

Desde el principio sabíamos que la subida sería en ascensor. Todo un consuelo.

“Donde mora la libertad allí esta mi patria”
Benjamín Franklin

En 1939 el Tercer Reich anexionó Oswiecim y la llamó Auschwitz e instalaron en un antiguo cuartel el campo de concentración y exterminio, 1940. El campo estuvo bajo el control de Henrich Himmler con el lema en alemán El trabajo os hará libres. La buena situación facilitó el transporte de prisioneros soviéticos, víctimas judías, presos políticos, gitanos. En 1941 ampliaron el campo con los barracones de Birkenau.

Ancianos, mujeres, niños, todos los que no servían para trabajar duro, sobraban. Se estableció el plan Solución final del problema judío. No voy a contar las atrocidades.

Las potencias internacionales no intervinieron, consideraron que era un asunto de poca importancia. Nos quedan los testimonios de todo este terror porque al entrar los rusos, 27 de enero de 1945, los gendarmes de la SS no tuvieron tiempo para destruir las pruebas. Hoy se muestra al mundo, es un museo.

Homo homini lupus, el hombre es un lobo para el hombre.

Levanto mi monumento a Irena Sandler que salvó a muchos niños del gueto judío. A Oskar Schindler que libró del exterminio. Y a cualquiera que ayude a un ser humano sea cual sea su raza, religión y cultura.

Creo que no podré cumplir mi propósito, aprender polaco, lengua eslava, para leer en directo a Henryk Sienkiewicz (1846-1916) premio Nóbel de Literatura en 1905.

Siempre queda la esperanza. Mientras tanto brindo por Polonia y por nosotros, los viajeros, que hemos aprendido, disfrutado y estrechado lazos de amistad.

Nieves Fenoy Gil
La cronista

 
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