Los peregrinos del sur iniciaron su peregrinación tras la reconquista de Córdoba, Jaén y Sevilla en el siglo XIII. La Catedral de Sevilla, después de la de San Pedro en Roma y la de San Pablo en Londres, es la mayor del mundo y de gran hermosura. Es una mezcla de estilos donde se combina el gótico con el mudéjar y plateresco. Conserva el alminar de la mezquita árabe, con esa hermosa y no menos famosa veleta al que debe el nombre de Giralda con que es reconocido el edificio. Edificada por los árabes y reconstruida por los cristianos, ha sido testigo del paso de los peregrinos que han seguido la Vía de la Plata.
Sevilla, además de la catedral, tiene suntuosos edificios dignos de ser admirados, como el Real Alcázar, el Palacio de San Telmo, la Real Fábrica de Tabacos, hoy universidad, el hospital de Santa Catalina, la Basílica de la Macarena y la Torre del Oro.
Ya dentro de Extremadura, después de pasar Fuente de Cantos, cuna de Francisco de Zurbarán, y donde podemos visitar la ermita de Nuestra Señora de la Hermosa y la iglesia de Granada, llegamos a Zafra, una de las ciudades más importantes de Badajoz por su ascendencia celta, y su reconstrucción por los romanos. Su mayor esplendor fue en la época árabe. Tiene el alcázar, que puede ser considerado como el más importante de Extremadura, de planta cuadrada y una gran torre del Homenaje. Dentro del arte religioso puede contemplarse la iglesia de la Candelaria, con portada herreriana y nueve cuadros de Zurbarán, el convento de Santa Clara, y los hospitales de Santiago y San Miguel. Vale la pena visitar el pueblo cercano de los Santos de Maimona por su iglesia, con una torre de especial belleza y una no menos excepcional portada plateresca. Llega aquí el Camino del Sur procedente de Huelva con paso por Aracena.
En Villafranca de los Barros destacan el colegio de los Jesuitas y la iglesia de Santa María del Valle, de portada gótica y retablo del siglo XVII.
Almendralejo, cuna de los poetas románticos Espronceda y Carolina Coronado, tiene como monumento principal la iglesia gótica de la Purificación y hermosas mansiones y palacios como son el de los condes de Monsalud, el del marqués de la Encomienda y el de los condes de la Oliva.
Es Mérida punto de encuentro con el Camino Mozárabe. Se forma éste con una ruta procedente de Málaga y otra de Almería. La segunda después de pasar por Granada y Baena se une a la primera en Castro del Río desde donde, como ruta única, después de pasar por Córdoba y varios pueblos de Andalucía se integra en la Vía de la Plata en Mérida, ciudad fundada el año 25 a. de C. con el nombre de Emérita Augusta, siendo una de las ciudades importantes del imperio romano. Muestra de su importancia la tenemos en el circo romano, el anfiteatro con graderío para 15.000 personas y el teatro para 5.000 espectadores. Dentro de la arquitectura religiosa es de considerar la parroquia de Santa Eulalia con portada románica y gótica y artesonado mudéjar, la parroquia de Santa María y el Hospital de Jesús, hoy Parador de Turismo.
Dentro de Extremadura, ateniéndonos a la Vía de la Plata, tenemos que resaltar su importancia histórica, cultural y patrimonial, siendo una de las mejores muestras la ciudad de Cáceres, considerada como uno de los más importantes conjuntos monumentales de España. Son muchos y muy variados sus palacios y mansiones. Entre ellos podemos destacar el palacio episcopal, la casa Rectoral, la mansión de los duques de Valencia, el palacio de Ovando, el de los Golfines de Abajo, la casa de los Carvajal, los Becerra y los Espadero – Moctezuma. Dentro del arte religioso tenemos la catedral de Santa María, del siglo XV, con retablo plateresco del siglo XVI, la iglesia de Santiago, con retablo mayor de Berruguete, la iglesia de San Juan, el convento de San Francisco y la ermita de la Virgen de la Montaña cuyo retablo es de Churriguera.
Otra ciudad importante, merecedora de ser visitada, es Plasencia, conjunto monumental de entrañable resonancia histórica. La Catedral está compuesta por dos construcciones adosadas. El claustro enlaza la vieja catedral con la nueva. Tiene una extraordinaria sillería en su coro con tallas muy originales, el retablo mayor es obra de Gregorio Fernández. Pueden verse también las parroquias de San Nicolás, San Pedro, El Salvador y la de San Martín con pinturas del Divino Morales. Tiene numerosos palacios como los de Carvajal, Alamaraz, Zúñiga y los marqueses de Maribel. La casa del Deán es famosa por su típico balcón de esquina.
Entraremos nuevamente en Castilla y León por el puerto de Béjar. En la ciudad tenemos la iglesia de Santa María, construida en el siglo XIII y reformada en el XVI, la parroquial de San Juan del siglo XIII, y la de San Salvador, donde es de destacar su admirable retablo.
Llegados a Salamanca hay que recorrer la plaza mayor, la más bella de las plazas barrocas de España, y darse una vuelta por la ciudad donde hay tantos monumentos que su relación parece interminable. Cabe destacar la fachada plateresca del Patio de las Escuelas donde, entre los infinitos elementos ornamentales de la misma, hay una rana que el estudiante que sepa encontrarla tendrá todo aprobado. Tenemos, además, el palacio de Monterrey, la casa de las Conchas, con patio interior y una escalera con columnillas decoradas y techo artesonado, y la casa de las Muertes. Su universidad da vida a Salamanca con su ambiente divertido y su intensa vida cultural. Las dos catedrales están unidas en un monumental complejo arquitectónico. A la Catedral vieja, del siglo XII, le fue adosada la Catedral Nueva que fue acabada en el siglo XVIII. Tiene uno de los coros mejores del barroco español. Otros edificios de interés son el palacio Fonseca, siglo XVI, el convento de San Esteban, con iglesia plateresca, el de las Dueñas, con claustro renacentista, el Colegio del Arzobispo Fonseca o de los Irlandeses, siglo XVI.
Si es digna de admirar Salamanca no lo es menos Zamora que, como reza el refrán “no se hizo en una hora”, y que sigue conservando su fisonomía medieval. Como monumentos característicos citaremos la puerta de Doña Urraca, del siglo XII, la Catedral, representante máximo del románico zamorano, la iglesia románica de Santiago del Burgo y la de San Juan, del siglo XIII. Dentro de los edificios civiles tenemos los restos de la casa del Cid, del siglo XI. La transición entre el gótico y el renacimiento se observa en la casa de los Momos, siglo XVI, y la del conde de Alba. El Hospital de Sotelo, siglo XVI, tiene una portada renacentista. Su Ayuntamiento, siglo XVII, tiene un pórtico bajo y una galería alta entre dos torres.
Antes de entrar en Benavente podemos coger dos rutas diferentes. Una, pasando por La Bañeza, con la iglesia de San Salvador, con ábside románico del siglo XI, y la de Santa María con una torre del siglo XVIII y un crucero del XVI, nos lleva hasta Astorga donde se une con el Camino Francés.
Por la otra, después de recorrer Tábara, Río Negro de Puente y Mombuey, cuyo nombre se debe a la cabeza de toro de su torre, con iglesia parroquial del siglo XIII y torre del campanario de estilo gótico-románico, llegamos a Puebla de Sanabria, con iglesia románica de mitad del siglo XII, y pila bautismal del siglo XIII. Su castillo fue construido a mediados del siglo XV. Son interesantes su Casa Consistorial, la ermita de San Cayetano y sus murallas del siglo XIV.
Pasado Requejo entramos en Galicia donde hay dos nuevas rutas. Una pasa por Campobecerros, Laza, Vilar de Barrio y Xunqueira de Ambía, con célebre colegiata, y otra por Verín, en cuya iglesia de la Merced podemos ver un crucifijo de Gregorio Fernández, Xinzo de Limia y Allariz, cuna de reyes y ciudad histórica, para llegar, por ambas rutas, a Ourense.
En Ourense visitaremos su Catedral gótica, de tres naves, y su espléndido “Pórtico del Paraíso”, una imitación del de “La Gloria” de la catedral de Compostela. Su claustro inacabado sólo conserva la parte realizada hasta el siglo XVI. En una de sus capillas se venera la milagrosa efigie del Cristo de los Desamparados. Son interesantes la iglesia de la Trinidad del siglo XII, fundada como asilo de peregrinos, la de Santa María, unida a la catedral y el convento de San Francisco.
Son notables las fuentes termales, llamadas Burgas, sobre las que los romanos establecieron una estación balnearia. El centro de la ciudad se caracteriza por sus estrechas calles que, partiendo de la Plaza Mayor, discurren hacia el margen del Miño que cruzan con sus puentes entre los que cabe destacar uno de siete arcos, de la época de Trajano.
Pasado el puente romano, previo pequeño desvío, se encuentra el monasterio cisterciense de Oseira. Después de pasar por Cea, Castro de Dozón, Lalín y Silleda llegamos a Compostela. Los peregrinos de la Vía de la Plata, ya en la ciudad, recorren el barrio del Sar y la Puerta de Mazarelos coincidiendo en la Plaza del Obradoiro con los que hicieron alguna de las otras rutas que tienen también como punto final el sepulcro del Apóstol.
Camino Portugués
Se considera Lisboa como punto de partida de una ruta, rica en patrimonio en un país lleno de historia, cuando en realidad el camino empieza en el sur de Portugal en las ciudades de Faro y Lagos.
Lisboa, capital de la República Portuguesa, situada en la desembocadura del Tajo, donde una serie de colinas bordean su ribera, tuvo su primer asentamiento en una de ellas habida cuenta de su privilegiada situación defensiva. Ciudad que ha pasado por cambios notables desde sus orígenes a la actualidad. Fue celta, íbera, fenicia romana, visigoda y árabe hasta que en 1093 Alfonso VI la recibió del rey moro de Badajoz a cambio de su ayuda contra los almorávides. En 1256 se estableció la capitalidad en Lisboa. Gran cantidad de monumentos testimonian su agitada historia.
La Catedral, que como muchas de aquellos tiempos tenía un aspecto más bien defensivo, tiene en su interior una sacristía barroca, claustro del siglo XVI y un interesante tesoro. Las iglesias de san Roque, de San Juan Bautista y la basílica de la Estrella son del siglo XVIII. El templo de San Vicente tiene sepulcros de la casa real de Bragança y el de Santa Engracia panteones de hombres ilustres. Mención especial merece el convento de los Jerónimos, de arte manuelino del siglo XVI, con la iglesia de Santa María con tumbas reales y las de Vasco de Gama y Comôes.
Son muchos y muy variados los edificios civiles entre los que destacamos el teatro nacional Dña. María II del siglo XIX, el teatro de la Ópera de San Carlos del XVIII, y los palacios de San Benito, antiguo convento benedictino, el das Necessidades, hoy ministerio de Asuntos Exteriores, la casa Roja, siglo XVI y la de dos Bicos, de estilo gótico. Cuenta con otros muchos palacios y monumentos pero es de destacar la torre de Belem, declarada Patrimonio de la Humanidad.
A partir de Lisboa nos encontramos con Sintra, ciudad situada al pie de la sierra del mismo nombre, de origen fenicio, que tuvo su importancia por la convención de Sintra firmada en 1808, favorable a los franceses a pesar de su derrota frente a los ingleses. La iglesia de Santa María, reconstruida tras el terremoto de 1755, conserva su estructura original de transición del románico al gótico. Conserva el castelo dos Mouros, del siglo VII, y tiene el palacio de Pena, con una gran variedad de estilos.
Alcobaca, situada entre los rios Alcoa y Baça, debe su esplendor a la abadía de Santa María, del siglo XII, reconstruido en el XIII. Su fachada es mezcla de los estilos manuelino, renacentista y barroco, conservando su pórtico gótico original. La iglesia, de gótico muy puro, tiene los sepulcros de Inés de Castro y Pedro I. Su claustro, sala capitular y la de los Reyes son de grandes dimensiones lo que prueba la grandiosidad del monasterio.
Coimbra, capital portuguesa antes del traslado de la capitalidad a Lisboa, fue un poblado romano que tomó ese nombre cuando, en el siglo V, los suevos destruyeron la antigua Conimbriga, situada en las proximidades del poblado romano. En la parte alta, la más antigua, destaca la Sé Velha o Catedral Vieja, con aspecto de fortaleza, que fue transformada en iglesia en 1064. Su Catedral Nueva fue construida por los jesuitas en el siglo XVI. Son edificios religiosos de interés la iglesia románica del Salvador, la de San Bartolomé, siglo XVIII, la iglesia románica de S. Tiago, la de San Antonio dos Olivais, siglo XIII, el monasterio de Santa Cruz, el monasterio de Celas y los restos del monasterio de Santa Clara la Vieja que fue abandonado por las Clarisas para ocupar el de Santa Clara la Nueva, del siglo XVII. En 1306 la Universidad de Lisboa fue trasladada a Coimbra y ésta es actualmente el centro intelectual y estudiantil del país debido no sólo a su antigüedad sino al prestigio de su Universidad. En Coimbra se encuentra la Quinta das Lágrimas donde fue asesinada Inés de Castro.
Oporto, situada en la margen derecha del Duero sobre colinas graníticas, debe su emplazamiento primitivo por precauciones defensivas. Los suevos fundaron un Castrum Novum en el lugar en que actualmente está situada la Catedral, monumento románico del siglo XII. Posteriormente, en 1385, se le añadió un claustro gótico, siendo remodelada en 1718. La capilla del Santísimo Sacramento tiene su altar de plata repujada con esculturas de Laprade, siglo XVIII. Otros edificios religiosos de interés son la iglesia de San Lourenço, siglo XVI, la de San Francisco, estilo gótico, la de Santa Clara, siglos XV – XVI, así como la del Carmen, siglo XVIII y la de las Carmelitas, siglo XVII. Entre los edificios civiles cabe destacar el palacio de los Carrancas, el de la Bolsa, siglo XIX, estilo neoclásico y el Ayuntamiento con su torre del reloj.
A partir de Oporto se pueden coger dos rutas: la del Atlántico o la interior. La primera nos lleva , en primer lugar, a Vila do Conde situada en la desembocadura del río Ave. Cuenta con el monasterio de Santa Clara, siglo XIV, cuya iglesia, de fachada gótica, tiene las tumbas de sus fundadores Alfonso Sanches, Teresa Martín y sus dos hijos, y la iglesia parroquial, con fachada plateresca y un interesante púlpito de madera dorada.
Povoa de Varzin tiene su iglesia parroquial de portada barroca, el Ayuntamiento y restos de la antigua fortaleza costera.
Viana do Castelo está situada en la ribera del río Limia, cerca del castillo de S. Tiago da Barra, siglo XVI. Su catedral apenas si tiene relieve por las reformas que ha tenido. Tiene la basílica de Santa Lucía, neobizantina, y el hospital e iglesia de la Misericordia, renacentistas. Su arquitectura civil tiene las casas medievales de dos Melos Alvins, la de los Arcos y la de las Carabelas así como el Ayuntamiento de apariencia medieval a pesar de ser del siglo XVI.
Valensa do Miño nos abre la puerta de Tuy después de pasar el puente de hierro, de dos plantas, siendo la superior la vía del ferrocarril que, pasando por Tuy donde tiene una estación, va a Guillarey donde enlaza con la vía férrea que desde Monforte de Lemos nos lleva a Pontevedra. Tiene la iglesia de Santo Estevâo, de portada renacentista, y algunas casas típicas como la do Poço y la pousada de San Tetonio.
La otra ruta, la interior, nos lleva a Güimeraes en cuyo castillo nació Alfonso Henriques, primer monarca portugués. Sus importantes edificios religiosos son la iglesia de San Francisco, siglo XV, con sacristía de espléndido artesonado, la colegiata de Nuestra Señora de Oliveira, la iglesia de los Santos Pasos, siglo XVIII, la de Santo Domingo y la capilla románica de San Miguel del Castillo, siglo XII. Son de destacar entre los edificios civiles su Ayuntamiento, renacentista, el palacio de los duques de Braganza, siglo XV, estilo gótico, convertido en museo, y el castillo, siglo X, con torres almenadas.
Braga, fundada por los celtas 300 años a. de C., fue conquistada por los romanos en el siglo II, a la que dieron el nombre de Braccara Augusta y a la que dotaron de cinco vías militares elevándola a la categoría de “conventus jurídicus”. Fue corte de los reyes suevos, conquistada luego por los visigodos y destruida por los árabes. Finalizada la Reconquista se convirtió en un importante centro de la iglesia portuguesa, manteniendo el primado de las Españas hasta que en el siglo XVIII la sede patriarcal pasó a Lisboa. Tuvo jurisdicción sobre los obispados de Astorga, Tuy, Lugo y Orense además de los portugueses Porto, Coimbra y Viseu. Su Catedral, siglo XI, de estilo románico, fue reformada y embellecida en el siglo XVI por el arzobispo Diego de Sousa. Su interior, de estilo barroco, tiene la capilla de Nuestra Señora de la Gloria, la de los Reyes, la de San Geraldo, primer obispo de Braga, con su sepultura, y la del Santísimo Sacramento, con retablo de madera policromada. Hay que destacar, también, la iglesia de la Santa Cruz, siglo XVII, la de los Terceiros, siglo XVIII, San Miguel y Nuestra Señora do Populo. Tiene, además, los conventos de Santa Clara y las Dominicas así como el monasterio de San Fructuoso y el Santuario el Buen Jesús. Entre su arquitectura civil están el palacio de los Biscahinos, el edificio neoclásico de L´Arcada y su Ayuntamiento del siglo XVIII.
Barcelos, ciudad de origen romano, tiene reconocida fama en todo Portugal por la leyenda del gallo de Barcelos, de origen medieval, según la cual, igual que la que se mencionó en Santo Domingo de la Calzada, el gallo guisado revive y canta para demostrar la inocencia de un hombre ahorcado. Su iglesia parroquial, del siglo XIII, tiene un pórtico románico y un espléndido campanario. Otros edificios religiosos son el templo de Nuestra Señora del Terço, la iglesia das Cruces, barroca, y el convento de Capuchinos. Sus monumentos civiles más importantes son la casa solariega dos Pinheiros y los restos del palacio de Barcelos, del siglo XV. A partir e aquí pasamos a Tuy para seguir la ruta que nos llevará a Compostela.
Tuy, capital del rey visigodo Witiza, fue capital de una de las siete provincias durante el período del reino gallego. Su Catedral, de estilo gótico primitivo, fortaleza del siglo XII, reformada en el siglo XVI, con claustro románico, tiene en su museo una gran sala capitular románica. El Museo Diocesano está asentado donde estuvo el antiguo Hospital de peregrinos. Otros edificios religiosos son la iglesia de San Francisco, barroca, la de San Bartolomé, monumento histórico, y los conventos de las Clarisa y Santo Domingo.
Salceda, que se encuentra en la ribera del río Caselas, de actividad agrícola y ganadera, tiene el monasterio de Santa María de Salceda del año 922.
Redondela cuyos orígenes se remontan a los griegos, que le dieron el nombre de Burbida, se encuentra en el fondo de la ría de Vigo. Ciudad jacobea como se refleja en su heráldica, tiene las iglesias de Santiago, románica, la de San Juan y la de Santa María de Oliveira del siglo XIII. Tiene, además, el convento de Santo Domingo, con capilla gótica, siglos XIV-XV, y la capilla neoclásica de Nuestra Señora del Portal. En el aspecto civil es de mencionar su viaducto, a 30 metros de altura sobre las casas, el barrio de la judería, restos de murallas y la casa solariega de los condes de Ribadavia.
Pontevedra tiene unos orígenes muy remotos ya que la provincia fue poblada por los celtas; los fenicios establecieron factorías en ella y los romanos llegaron también hasta aquí. En la Edad Media se la llamó Pontis Veteris lo que dio origen a su nombre actual. Sus edificios religiosos más importantes son la basílica de Santa María la Mayor, siglo XVI, con diferentes estilos que van del gótico tardío al plateresco, la de Santo Domingo, gótica, la de Santa Clara, la de San Bartolomé, barroca, y el convento de San Francisco. Es notable el Santuario de la Peregrina, patrona de la ciudad, de planta circular en forma de vieira. En la zona antigua tenemos el Parador de Turismo, antiguo pazo de Maceda y varios palacios cuyo conjunto forman hoy el Museo Provincial.
Caldas de Reis, villa donde hubo un hospital de peregrinos, célebre no sólo por sus aguas termales sino porque en ella nació y vivió algún tiempo Alfonso VII, tiene de interés la iglesia parroquial y un puente medieval.
Padrón, situada en la desembocadura del Ulla, en la ría de Arousa, debe su nombre, según la leyenda, al “pedrón”, piedra grande, en la que fue atada la barca que llegó al lugar con los restos del Apóstol. Aquí encontramos muestras ineludibles de la vivencia jacobea. Bajo el altar mayor de la iglesia de Santiago se puede ver el “pedrón”. Tenemos, además, la iglesia románica de Herbón y el monasterio barroco de la Esclavitud. En Ira Flavia destaca la colegiata romano-gótica de Nuestra Señora de Santa María. Los edificios civiles más importantes son su Ayuntamiento, siglo XVIII, y el palacio del Obispo de Quito. Estamos muy cerca de Santiago a donde llegaremos pasando por Milladoiro donde los primeros peregrinos se arrodillaban hasta hundir su rostro entre el polvo y las piedras del camino.
A partir de Coimbra podíamos haber tomado la ruta oriental que, en primer lugar, nos lleva a Viseu que tiene su Catedral, siglo XIII, que debido a sus reformas posteriores cuenta con diferentes estilos como lo demuestran sus elementos románicos, góticos, renacentistas o manuelinos. Cuenta, además con la iglesia de la Misericordia, la de San Francisco, ambas barrocas, y la del Carmen. Desde el siglo XVI tiene la escuela de pintura, y en el antiguo palacio episcopal se encuentra el museo Grâo Vasco que es el segundo más importante de Portugal.
Lamego tuvo su importancia por haber participado en las primeras campañas de los reyes leoneses contra los musulmanes y porque en ella se reunieron las primeras cortes portuguesas en 1144 para ratificar la proclamación de Alfonso I como rey de Portugal. Tiene Catedral, del siglo XII, de estilo gótico, claustro renacentista, campanario románico y retablos barrocos, debido a añadidos posteriores. Tiene, además la iglesia de Santa María de Almacave, románica, y la de Nuestra Señora de los Remedios.
Chaves, población de origen romano, se levantó junto a unas fientes termales con el nombre de Aquae Flaviae en el año 78. Entre sus monumentos eclesiásticos está la iglesia de Santa María la Mayor, renacentista, la de la Misericordia, barroca, la de San Juan de Dios, octogonal, y la iglesia románica de Outeiro Seco. El palacio de los duques de Braganza es hoy museo arqueológico y etnográfico. En las afueras están los fuertes de San Francisco y San Neutel
Cruzando la frontera entramos en Verín donde ya encontramos variante de la ruta Vía de la Plata cuyo recorrido hasta Santiago ya queda descrito.
Agustín Miguélez Posada
Catedrático de Matemáticas