miércoles, 16 de enero de 2013

El sabor de Goya desde el salón

Vicente López. Retrato de Goya.1826
Museo del Prado
Desde este verano no salgo a la calle. Antes no paraba. Intentaba no perderme cualquier exposición o propuesta artística interesante que se celebrara en Madrid. Una mala caída, con rotura de cadera y complicada recuperación, lo cambió todo.
El doctor Morillas, que me trata, me consuela indicándome que, afortunadamente, la producción de endorfinas (que producen felicidad y alegría) también se estimula con actividades positivas.
Con todo esto en la cabeza, mientras pensaba en cómo seguir disfrutando del arte sin visitar los museos, galerías y centros artísticos en persona, como he hecho hasta ahora, me topé con la Página Web “Goya en el Prado." Este sitio de Internet muestra las obras de Francisco de Goya que hay en el Museo del Prado. Están todas las obras expuestas en la pinacoteca y, además, las que están guardadas en sus almacenes.
En total son más de mil piezas: pinturas, dibujos, estampas y cartas del artista. Esta colección del Prado es la más importante del mundo sobre Goya, ya que abarca más de la mitad de toda su obra conocida. La calidad de las imágenes es extraordinaria. Se pueden ir ampliando gradualmente y apreciar detalles que no se observan a simple vista mirando las obras colgadas en el propio museo.
Fisgonear en las cartas de Goya a Martín Zapater, y revolver por los dibujos y estampas del autor, que por motivos de conservación no se exhiben habitualmente, me producía una cierta sensación de aventura, de posibilidades de encontrar algo nuevo. Brujuleando por los dibujos de Goya, me topé con el titulado “Aún aprendo”, realizado por el pintor a los 80 años, al poco de llegar a Burdeos. Ya lo había visto en el museo,  pero contemplándolo ahora percibí con mayor claridad la representación de la soledad, al mismo tiempo que la luz que puede dirigirnos hacia la salida del túnel. Los contundentes trazos oblicuos de lápiz evocan la soledad. Mientras que el papel blanco hace que resalte la luz en el dibujo.
Se representa un anciano frágil, con paso inestable, que se apoya en dos bastones. A pesar de su edad, necesita aprender de nuevo a andar, como si fuera un niño. Las articulaciones de las manos aparecen inflamadas, como si tuviera artrosis. Sus ojos están cansados y aunque el paso se dirige hacia el frente, las pupilas miran hacia un lado. Esta contradicción entre la dirección de sus pasos y la de su mirada, se dice que representa la tensión entre las limitaciones de la vejez y la voluntad de seguir avanzando. Más información en la web: http://www.iart.es/museografia
Aún aprendo, 1825-1828 c.
Álbum de Burdeos I o Álbum G, 54
Lápiz negro y lápiz litográfico
Papel verjurado agrisado
  Desde la Edad Media, se ha representado a los ancianos encorvados, con la cabeza gacha, y utilizando bastones. Estos elementos están presentes tes en el dibujo “Aún Aprendo”. Pero es en “La boda”, un cartón para tapices de Goya, donde la figura del viejo es completamente fiel a esta tradición “La boda” ilustra un matrimonio por conveniencia, entre una joven bella y hombre rico y feo. La novia marcha muy decidida. El novio va detrás de la muchacha, intentando alcanzarla. El padre de la chica avanza servicial. Lleva una casaca gastada y raída. Junto a la novia marcha un grupo de mozas alegres y pícaras (¿Habrá algo de envidia en sus risas?). El cura sí que parece reírse del padre. En otro plano, al fondo, hay un joven de perfil, que mira el paso del cortejo ¿Será un pretendiente rechazado por interés?
Para resaltar al novio, protagonista de la obra, se ha contrastado la viveza del rojo de su casaca, con los ocres pálidos de baldosas, tierra y piedras del puente; con el cielo azul y con las nubes blancas.
Se ha visto en esta obra una alusión al paso de la vida, que va desde el niño que alza los brazos subido en el cañón, hasta el anciano de bastón y tricornio negro. Ambos están de frente al espectador, y enmarcan al resto de las figuras que avanzan hacia la izquierda y de perfil.
Se pueden contemplar con soberbio detalle estas obras, como todas las del pintor, en el mágnífico sitio de Internet “Goya en el Prado”. ¡Una magnífica forma de disfrutar del arte, cómodamente, desde el salón! Aún con esto, estoy deseando restablecerme, volver a las salas, y emocionarme con el arte vivo.


María Almansa Bautista
Lda. en Ciencias Químicas
                                                                                                                     

 
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