Abril 2012
La madre naturaleza
escogió Semana Santa
para mitigar sequía
y bautizarnos la pascua.
Mientras Antonio Mingote
dejó las alas plegadas,
y entregaba sus pinceles
a la silenciosa parca.
La caza del elefante
por tierras sudafricanas
despertó alucinaciones
en la casa soberana.
Y, por si fuéramos pocos,
doña Cristina Fernanda
decretaba expropiación
del petróleo de la pampa.
Entre paro y recesión
olor de rosa temprana,
con un libro de la mano
y en Villalar las campanas.
Siguió la lluvia de abril
hasta feria sevillana,
ocultando la sonrisa
de una luna plateada.
Mayo 2012
Los franceses eligieron
a su nuevo presidente,
con las esperanzas puestas
en brotes verdes crecientes.
Mientras en la europa-league,
rojiblancos ambos frentes,
los colchoneros vencían
a leones sin mordiente.
Luego de varias reformas,
más ruidosas que eficientes,
el gobierno intervenía
a Bankias poco solventes.
Ola de calor tuvimos,
con luna nueva en poniente,
al tiempo que el 15-M
recordaba su ascendente.
Con la deuda por las nubes
y las bolsas en vertiente,
parada y fonda en Marbella
con cargo al contribuyente.
Para completar el cuadro,
si no fuera suficiente,
el ministro de la roca
incordiando, como siempre.
Junio 2012
Con baile de Sol y Venus
en conjunción discordante,
los fondos del eurogrupo
nos entraron al rescate.
Sin explicaciones previas
por parte de gobernantes,
y doña Esperanza Aguirre
con su musa delirante.
En la tierra de París
un Rafa Nadal triunfante
por séptima vez alzaba
la copa como estandarte.
Sufrimos otra gran ola
de calor muy sofocante,
con calimas saharianaspor
ibéricos semblantes.
Entre el G-20 y Bruselas,
con resto de congregantes,
los topicazos de siempre
sobre crisis galopante.
Y, como todos los años,
por negligencia o dislate,
las llamas fueron noticia
desde Albacete a Levante.
Julio 2012
La Roja se proclamaba,
con brillantez sin reparos,
tricampeona de Europa
en al albero ukraniano.
A la alegría del triunfo
se sumó el dato del paro,
con cien mil nuevas personas
bajo el cielo laborando.
En Pamplona, como siempre,
tras el primer chupinazo
aparcaron pena y crisis,
y San Fermín desfilando.
Hartos de tanto recorte,
mineros o funcionarios
se lanzaron a la calle
blandiendo su desencanto.
Mientras las altas esferas,
responsables de este fiasco,
cantándonos sus milongas
sin fiscales acusando.
Y con la prima de riesgo
por las nubes oscilando,
se inauguraron “Los Juegos”
en londinense escenario.
TOMÁS J. SÁNCHEZ MOLINA
Licenciado en Filosofía y Letras
De la Tertulia Literaria del CDL