jueves, 22 de septiembre de 2011

Cabeza, corazón, autoridad

CABEZA

Hay personas a las que les sale todo bien. Se debe a su inteligencia. Es ese sexto sentido que se consideraba antiguamente y que ahora lo ha estudiado Goleman y lo llama inteligencia emocional, que es la reunión de distintos tipos de inteligencia estudiados por Gadner, más otros imponderables.

Ahora parece que escasea: salen muchas cosas mal, hasta naciones en bancarrota. ¿Se comprende por qué? Parece que no. Se va por las ramas: apariencias, demagogias, relumbrón. Se pretenden errores, no se llega a más, no se sabe. Más los egoísmos y desviaciones de medios. Se desperdicia y apropia riqueza, y así nos va. Da pena.

Hay cosas claras, verdades absolutas, irrefutables que se preterizan con imaginaciones desviadas, pretendiendo metas erróneas que los resultados confirman. Idealismos sectoriales y utópicos y se olvida la realidad y la práctica, la eficacia en todos los sentidos: espiritual, intelectual, material. No se sabe.

En mérito a la brevedad, sólo algunos ejemplos. Al Ebro le sobra agua, que se tira al mar. La Comunidad Europea paga el trasvase. Trabajo y riqueza para España; pero como la idea es de otros, había que ir en contra y así nos resulta: todos perdemos. Se hace un ferrocarril transversal de alta velocidad, capaz para dos mil cuatrocientos viajeros diarios. Se inaugura y, al poco tiempo, solo lo utilizan nueve personas. Y se cierra. Esto, claro, no estaba previsto. Se construye un aeródromo al cual no van los aviones. No rinde. Otro gasto inútil.

La Historia es la maestra de la vida. Cuenta la verdad de lo sucedido, hechos reales. No procede ninguna Ley oficial retrospectiva; pero se ha dado una Ley. ¿Para cambiar el pasado? Es natural que los vencidos odien al vencedor, pero no comprenden que los desbarajustes hay que encauzarlos, y que cuando son delictivos, como quemar iglesias, destrozar conventos, matar a las monjas, a los obispos, a los curas y a otros muchos, sin juicios, en las checas, incautarse de todo… Tantísimo desbarajuste y extrema violencia no tenían otra solución que emplear la fuerza.

Gracias a esto, vivimos muchos años de paz, prosperidad y trabajo, logrando “ni un hogar sin lumbre, ni un español sin pan”. Pero cambió la moda y, en el Congreso, por unanimidad de todos los partidos, se condenó el Alzamiento Nacional. Irracionalmente, apoyando la ignorancia y el mal. Y así nos va.

CORAZÓN

El amor es el motor del mundo. Da eficacia a la inteligencia, mueve la voluntad. Es el esfuerzo constructivo. Sacrificio gozoso hacia las mejores metas y más altos ideales. Es más: llega a la práctica, a la eficacia, que es lo que nos falta.

Pero existe demasiada indolencia, demasiada laxitud que llevan a no hacer nada útil, ya que los logros requieren esfuerzo e inteligencia. La moda actual es contraria al esfuerzo y se sigue a ciegas. Hasta anular sentimientos sublimes, como el aprecio del bien y el agradecimiento. Resulta fácil ir contra los buenos, porque estos no se rebelan…

Hoy marchamos hacia la unión mundial, hacia la globalización. Se creó la Unión Europea, se procuró un idioma universal, fallido, el esperanto. Pero los separatismos promocionan sus idiomas locales, prohibiendo el español, con la desorientación que esto supone y los barullos que origina.

Echo de menos determinadas leyes que rigieron mi vida pasada y que crearon instituciones en bien de todos: seguridad social, jornal interprofesional, ley del inquilinato sin subidas de alquiler ni desahucios… ¿Y ahora, qué? Había autoridad, buena convivencia, menor número de delitos y el menor número de presos de Europa. Había orden y bien. Habría que estudiar por qué muchos de los más favorecidos y sus hijos fueron y van contra el bien y el orden. Resulta notable esta ceguedad, pero es real. No hemos sabido mantener el bien. Ya nos lo dijo Jesucristo: Los malos son más diligentes que los hijos de la luz.

AUTORIDAD

La autoridad tiene hondas raíces históricas: La Teocrática, antiguamente, en el pueblo judío. La
Democrática, por elección. Se fundó en Grecia; solo intervenían las personas más cultas. Como eran inteligentes, acertaban e iban bien. También en Roma actuaban los más cultos. En situaciones difíciles, el Senado nombraba Cónsul al mejor, que, con plenos poderes, solucionaba la crisis.

Hoy se precisa la autoridad del Experto, del competente, del cumplidor. Es necesaria la autoridad de la persona que se imponga por su valía, que consiga que todo vaya bien para todos. Quienes carecen de inteligencia irán contra ella porque les hace sombra. Buen ejemplo del experto fue Churchill. Cuando lo nombraron primer ministro, lo primero que hizo para ganar la guerra fue nombrar una comisión que le dijese lo que hacía mal, y enmendarse. Los que carecen de inteligencia creen sabérselo todo y solo buscan aduladores; no llegan a más, no tienen solución. Es una pena.

Pedro Durán Bailly-Bailliere
Abogado y catedrático

 
© free template by Blogspot tutorial