lunes, 11 de julio de 2011

Convivencia de profesores


Treinta matrimonios de maestros de diversos puntos de España, que recibimos nuestra primera formación escolar rondando la década de los sesenta, nos reunimos durante el primer fin de semana de junio en Granada para recordar tiempos pasados.

Hacía, por tanto, cincuenta años que no manteníamos una convivencia así, tan entrañable y cordial. Vamos, como los quintos de antaño, pero con más calado de fraternidad porque todos nos educamos en el internado y en la escuela de magisterio de La Salle, donde la psicología, la pedagogía, la paidología y la filosofía eran las reinas de los estudios junto a la historia, la literatura, las matemáticas y el latín.

Gloriosos, aunque muy duros, aquellos decenios en que no era fácil para los niños de los pueblos pequeños realizar una carrera, prácticamente gratis, fuera del ambiente familiar.


Todavía está por rendir un homenaje nacional a las órdenes y congregaciones de religiosos dedicados a la enseñanza -jesuitas, dominicos, maristas, calasancios, salesianos, lasalianos…- en donde se forjaron muchos de los líderes políticos, económicos, sociales y culturales que hoy descuellan en la cresta del país. No son todos ejemplares, eso hay que decirlo, pero entonces la enseñanza pública no daba abasto para tanta criatura con ganas y necesidad de saber como ahora.

Entre los reunidos había castellanos, extremeños, madrileños, manchegos, andaluces… y cuatro segovianos: Teódulo García Regidor, de Laguna de Contreras; Auxencio Muñoz, de Fuentesaúco de Fuentidueña; Gonzalo Rodríguez, de Olombrada, y yo mismo, de Cozuelos. Nos hubiera gustado ser más; pero los caminos que uno toma en la vida son inescrutables y no se pueden pedir peras al olmo.

En el instituto Albaicín, antes La Salle, levantado en el Mirador de Rolando sobre la vega granadina, saludamos afectuosamente a nuestros viejos profesores, algunos ya con la memoria perdida. Volveremos a juntarnos cualquier día y entonaremos otra vez las canciones de la infancia, las que nos hicieron hombres…de provecho. O así lo queremos creer.

Apuleyo Soto Pajares
Maestro y periodista

 
© free template by Blogspot tutorial