Somos un grupo de jubilados. Unos procedemos del campo de las ciencias: profesores de matemáticas o de física, químicos de la industria, ingenieros, médicos, farmacéuticos… Otros han desarrollado su actividad en el campo de las humanidades y, sin embargo, lo que me admira es que, unos y otros, jubilados ya, hemos encontrado una misma forma de disfrutar.
Llevamos varios años, ya lo tengo escrito, visitando museos, galerías de arte, exposiciones temporales, guiados siempre por Gema González, especialista en la materia y Licenciada en Historia del Arte. Estamos dedicando una hora a la semana.
Durante el curso 2006-2007 hemos visitado las 20 exposiciones que se indican en el cuadro.
En otoño del 2006 visitábamos La Real Academia de San Fernando, en la calle Alcalá número 13. Aquí contemplamos El retrato moderno en España (1906-1936). Se trata de una muestra muy variada que abarca: los inicios de la modernidad; las vanguardias; los años 20 y los años 30; Julio Romero de Torres con su Carmen ¿Se puede conectar más con el público?; Rafael Barradas con su retrato de Alberto Lasplaces; Gregorio Prieto con su La Galana; y también aquí Dalí y su retrato Ana María. Todos ellos nos muestran cómo, a partir del siglo XIX, es decir a partir del Romanticismo, el retrato dejó de pertenecer a una elite y se usó para representar individuos anónimos, amigos y familiares, conectando, así, con el público.
En el Palacio Real, otra mañana, hemos contemplado una muestra de las obras del Mueso Capodimonte de Nápoles: Ticiano, El Greco, Van Dyck, Ribera,… una verdadera delicia. Aquí encontramos la convivencia entre la poesía y la pintura, entre la pintura y la vida. Esta colección parte de la propia colección privada de la familia Farnesio (siglo XVI); y después, Carlos de Borbón (futuro Carlos III de España) la ampliaba y la instalaba en la Colina Capodimonte, en Nápoles.
El Museo del Traje y el Museo de la Ciudad (memorias de Pío Baroja), nos proporcionaron dos mañanas bellas y alegres.
Termino contando una visita a la Fundación Juan March. Hemos contemplado la exposición de Otto Dick. Son 84 obras (óleos, guaches, acuarelas y dibujos). El artista refleja su época: el ascenso y la caída de la República de Weimar. Observado su obra, interesantísima, se aprecia el realismo, el expresionismo, el dadaísmo. Este artista es considerado universalmente uno de los mejores artistas alemanes. Es hombre realista y tiene una aguda mirada de pintor. Dice “ver solamente lo exterior, porque lo interior se manifiesta por sí mismo”.
* * *
Si sientes inclinación hacia el arte, no dudes en ponerte en contacto con nosotros. Nos encontrarás los miércoles a las 12 en la calle Villanueva, 11.
¡Hasta otro día!
Química
